viernes, 6 de julio de 2007

Taranis II

Cargado con el delito de contrabando, el casco de acero del viejo velero esperaba su rescate. Un enamorado del reino de Neptuno acudió a su encuentro, permitiendo que no acabara como un pecio cualquiera o como un costillar oxidado en un almacén de la policía de aduanas. Renovado varias veces con cariño, actualmente presenta este aspecto. De origen chileno pero actualizado a las exigencias náuticas y europeas, se convirtió en el cicerone de algunos jauleros hace ahora aproximadamente un año.

¡Qué estupendo viaje!... Para algunos con multa incluida, aunque sin sanción económica.

No podía faltar este recuerdo en estas páginas. Calentamos motores e intentaremos repetir la historia. Ya sé que las jauleras más desinhibidas recuerdan a su capitán, y los jauleros de agua dulce nunca olvidarán la cornamusa.

Refrescante, ecológico….. Si la suerte nos acompañara no renunciaríamos a un paseo escoltado de delfines o incluso un baño entre ellos, un atardecer en el paraje natural Marismas del Odiel con una caipiriña de compañera.

En fin, no es mi intención daros envidia. En estos días de calor sofocante incluso aquí junto al mar, me refresco en el recuerdo de los buenos momentos compartidos… ¡ Joé qué caló!





Nota: Con especial dedicación a las jauleras, una fotillo de nuestro capitán Combes en un viaje por Venezuela. Sé que me lo agradeceréis.

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